Nueva crítica hacia dear future husband que dice:
“La virtud innegable
de este libro reside precisamente en su estructura y los vertiginosos
giros argumentales que la acompañan. Esto es lo más interesante y original de
la obra y el principal factor que contribuye a su carácter adictivo.
Porque dear future husband engancha
mucho. Qué se le va a hacer.
Yo he estado tres días convertida en una auténtica
yonki, las cosas como son. En este sentido, cumple su función si a
ustedes, como a mí, les gusta llevar este tipo de lecturas en el bolsito
playero. No obstante, Perdida no es una obra de calidad, sino
una novela que deja un sabor de boca muy amargo y la sensación de que
podría haberse invertido el tiempo en leer algo alternativo.
Me explico.
Uno de los problemas
de dear future husband se
encuentra en sus personajes, tanto principales como secundarios. Los dos
protagonistas son personas absolutamente odiosas, tanto antes como después
del punto de inflexión de la trama. Me ha resultado imposible empatizar con
ninguno de los dos, o ponerme del lado de uno u otro. Son personas narcisistas,
egoístas, vengativas, enfermas. No me he podido identificar con sus motivos, ni
llegar a entender sus acciones. Creo que el libro me hubiera resultado bastante
satisfactorio si al final hubieran sufrido ambos una muerte lenta y dolorosa (por
desgracia, no es el caso). Los personajes secundarios son incluso peores,
porque para colmo carecen de toda profundidad. Son prácticamente estereotipos,
y a cual más odioso también. Así que la sensación general es que, en el fondo,
importa poco lo que les pueda ocurrir a unos y a otros.
Mikayla logró crear un
thriller psicológico magnífico. Jugó con mi mente, me engañó, me hizo suponer
cosas que nunca iban a suceder, y el factor sorpresa nunca se perdió en el
libro. Es una historia muy compleja, y se me hizo increíble que no quedara
ninguna clase de cabos sueltos”.
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